Los ciudadanos bolivianos necesitan desde hoy un visado para viajar como turistas a España y al resto de la Unión Europea
Los ciudadanos bolivianos necesitan desde hoy un visado para viajar como turistas a España y al resto de la Unión Europea
P. HUGUET/ VALENCIA
La Unión Europea, y con ella España, ha cerrado la puerta a uno de los últimos países latinoamericanos a los que aún no se exigía visado de turista. Desde la pasada medianoche, todo boliviano que quiera entrar en el llamado territorio Schengen (al que pertenecen casi todos los miembros de la UE y otros países del continente) necesita un permiso especial o visa. Esto es lo que ha motivado que en los últimos meses se disparará la llegada de inmigrantes. Esta semana, el caso del crucero de lujo MSC Sinfonía fue el ejemplo de la desesperación. Un total de 82 bolivianos no pudieron pisar suelo español. Según aseguró la policía, no cumplían los requisitos para permitirse su entrada como turista. “La razón es sencilla. Es una reprimenda por lo que nuestro Gobierno hizo con Repsol”, opina Javier Ergueta, presidente de la Asociación de Bolivianos en España (Asboles-Valencia). O no tenían el pasaporte en regla, o tenían una orden de expulsión o resolución judicial que impidiera su entrada en España. Esos fueron los motivos aportados por la Comisaría General de Extranjería. No se mencionó la razón aparentemente más probable: que los bolivianos no tenían el dinero suficiente para poder mantenerse como turistas durante tres meses. El turismo es la principal vía de de inmigración a España. Las pateras y cayucos son la mínima parte. Es una entrada legal que se convierte, pasados 90 días, en estancia ilegal. Pero esta fórmula ya apenas existe para Argentina o Chile. Quedan pocos países a los que no se exija visado de turista. La inmigración de Colombia y, más tarde de Ecuador, se frenó con la imposición del visado. Lo contrario ocurrió con Rumanía: se eliminó el visado poco antes de unirse a la UE. Reprimenda Al final los bolivianos no pudieron desembarcar en Tenerife, Cádiz y Valencia y siguieron en el barco Sinfonía. El pasaje les costó, como mínimo 1.500 euros. Lo mismo le ha ocurrido en las últimas semanas a miles de bolivianos llegados en avión a Barajas, El Prat, Heathrow (Londres) y Charles de Gaulle (París). Ayer mismo, 250 bolivianos llegaron a Madrid procedentes de Santa Cruz. Rafael y su mujer, Minerva esperaban la llegada de tres de sus hijos tras cuatro años sin verse. “Me siento nervioso por si hay algún impedimento de última hora con los papeles”, declaró a Europa Press. La reprimenda a la que se refería Ergueta no se refería sólo al MSC Sinfonía y al visado (aprobado por la UE en diciembre de 2006). Ya en noviembre, cuando ya se conocía la exigencia de visa, el Foro de la Inmigración alertó de la persecución al boliviano ilegal. El presidente de Asboles calcula que entre 4.500 y 5.000 bolivianos indocumentados de la Comunitat han recibido una orden de expulsión en los últimos cinco meses. Aproximadamente, uno de cada cinco. En enero de 2006, había 17.321 bolivianos empadronados en la Comunitat y casi 140.000 en toda España, la misma cifra de personas que se calcula que llegaron a lo largo del año pasado. Valencia cada mes empadronaba a unos 400 bolivianos. De enero a marzo se incrementaron en un 10,2%. Ahora, con la exigencia del visado y el cierre efectivo de la frontera a los “turistas”, parará la inmigración de este país. “Pero seguro que siguen un tiempo con las expulsiones”, lamentan desde Asboles.
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