miércoles, 27 de junio de 2007

España fue, tras EE UU, el segundo país que más inmigrantes acogió en 2005, según la OCDE

La organización sostiene que el mercado de trabajo ejerce un mayor efecto llamada que las regularizaciones
París España fue, con 682.700, el segundo país del mundo que más inmigrantes acogió en 2005 -último año del que se tienen datos completos- después de EE UU (1.122.400 inmigrantes). La cifra española representa un aumento del 6 por ciento respecto a 2004, mientras que el crecimiento de EE UU es del 17 por ciento, según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El documento fue presentado ayer en París por el responsable de la división de migraciones internacionales de la OCDE, Jean-Pierre Garson, quien explicó que las oportunidades del mercado de trabajo son las que tienen un «efecto llamada» para atraer a extranjeros a un país y no las regularizaciones de inmigrantes indocumentados. Según el informe, la mayoría de los países miembros de la OCDE perdería población activa entre 2005 y 2020 si no hubiera aportación de inmigrantes, sobre todo en Japón, la República Checa, Italia, Finlandia, España y Alemania, donde las caídas del período serían superiores al 5 por ciento. Garson, quien quitó hierro al hecho de que una parte de los inmigrantes que hay en los países miembros de la OCDE estén indocumentados, recordó que «la historia de la inmigración es, en gran medida, una historia de clandestinidad» y que el estatuto de indocumentado acostumbra a ser un fenómeno temporal.
Aseguró Garson que los hechos desmienten los temores de algunos países europeos sobre una llegada masiva de inmigrantes a través de Estados de la UE que -como España- han hecho regularizaciones o tienen una normativa menos estricta en los controles de entrada.
El dirigente de la OCDE señaló que cuando se producen regularizaciones excepcionales en un país -como ha sido el caso de España- suele ser porque los procedimientos de regularización anteriores «no estaban bien hechos». Refiriéndose al caso español, Garson consideró que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero «ha elaborado un gran programa de integración» de los inmigrantes y que su aplicación «debería ir por buen camino». Añadió que la OCDE invitó a la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, a explicar la legislación española ante los «prejuicios» de otros países -como Francia- respecto a la política de Madrid en ese campo.
Por otra parte, la UE lanzó ayer un nuevo programa de cooperación en materia de asilo e inmigración, mediante el que dedicará, durante los próximos siete años, un total de 380 millones de euros a ayudar a los países de origen y de tránsito para controlar y gestionar los flujos migratorios que desembocan en la Unión a través de sus fronteras meridional y oriental. Según la OCDE, los «sin papeles» representan alrededor del 1 por ciento de la población en Europa, aunque esa cifra es más alta en los países del sur del continente y más todavía en EE UU (4 por ciento).

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