Un tercio de los menores en los 19 centros de acogida de la provincia de Málaga son inmigrantes. La mayoría de ellos son varones procedentes de Marruecos, según los datos de la Junta de Andalucía.
Málaga tiene actualmente un total de 385 plazas para estos menores, que tienen que permanecer en la casa de acogida hasta los 18 años. Fuentes de la Delegación Provincial de Igualdad y Bienestar Social aseguraron que "la vida es normal dentro del centro y no hay conflictos entre los españoles y los inmigrantes.
En cuanto al comportamiento y las intenciones con las que llegan estos menores extranjeros, explicaron que "buscan una formación y un trabajo estable que les pueda dar dinero con el fin de ayudar a sus familias".
La característica principal de estos centros es que son abiertos, al contrario de los de internamiento que dependen de la Consejería de Justicia, aunque sí existen unos horarios que deben ser respetados por los jóvenes.
Las mañanas son para acudir al colegio, al instituto o a los cursos de formación profesional y, por las tardes hay establecido un horario para el estudio, en el que reciben ayuda de los diferentes tutores.
Tienen, asimismo, sus horas de relajación y juegos, sobre todo para los más pequeños, y en épocas como el verano realizan excursiones y salidas bajo la supervisión de los monitores y orientadores.
Málaga tiene actualmente un total de 385 plazas para estos menores, que tienen que permanecer en la casa de acogida hasta los 18 años. Fuentes de la Delegación Provincial de Igualdad y Bienestar Social aseguraron que "la vida es normal dentro del centro y no hay conflictos entre los españoles y los inmigrantes.
En cuanto al comportamiento y las intenciones con las que llegan estos menores extranjeros, explicaron que "buscan una formación y un trabajo estable que les pueda dar dinero con el fin de ayudar a sus familias".
La característica principal de estos centros es que son abiertos, al contrario de los de internamiento que dependen de la Consejería de Justicia, aunque sí existen unos horarios que deben ser respetados por los jóvenes.
Las mañanas son para acudir al colegio, al instituto o a los cursos de formación profesional y, por las tardes hay establecido un horario para el estudio, en el que reciben ayuda de los diferentes tutores.
Tienen, asimismo, sus horas de relajación y juegos, sobre todo para los más pequeños, y en épocas como el verano realizan excursiones y salidas bajo la supervisión de los monitores y orientadores.
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