La inmigración ha contribuido a que en los países receptores se empiecen a preguntar por las mejores formas de llegar a todos sin ser discriminatorios. En el sector inmobiliario las cuestiones sobre el futuro a medio plazo arrecian cuando se trata de aunar vivienda social y atención a las necesidades de grupos nuevos en las sociedades más desarrolladas, como es el caso de los inmigrantes.
Así, la segunda edición del coloquio El futuro de la vivienda social en la UE ha tratado diversos aspectos para la mejor integración de los inmigrantes en materia de vivienda.
Adaptación
«Para el sector de la vivienda social supone un cambio en la demanda que necesita de una adaptación en nuestro trabajo, haciendo que la oferta se adapte a esa demanda y requiere nuestra participación en las políticas sociales de inserción en colaboración estrecha con las entidades locales», señala Paul Louis Marty, presidente del Comité Europeo de Coordinación de la Vivienda Social (Cecodhas), que ha sido uno de los organizadores del encuentro junto con el Observatorio Europeo de la Vivienda Social, la Asociación de Promotores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS) y la AVS Catalunya.
Desde su punto de vista, «la realidad de las sociedades europeas evoluciona. Los factores de estos cambios son numerosos y de naturaleza diferente, pero el aspecto demográfico es esencial no sólo por el envejecimiento de la población y el problema del acceso a la vivienda de los jóvenes sino también por los movimientos migratorios».
Para evitar la segregación y, por tanto, «la discriminación, pobreza y a veces la delincuencia», los operadores de vivienda deben activarse, puesto que «viven, a menudo, la falta de coordinación y de coherencia entre las políticas sociales, de integración y de renovación urbana».
En su opinión, es importante intentar «que los habitantes de un barrio participen en la toma de decisiones sobre qué programas aplicar en el mismo y promover la diversidad social no sólo en los barrios más sensibles».
Según las premisas de este encuentro, «España es, actualmente, el país de la UE que recibe más inmigrantes, con especial incidencia en las áreas de Barcelona y Madrid, lo que está generando una fuerte transformación de sus tendencias demográficas».
El mercado
A pesar de que el presidente de Cecodhas no cree que existan recetas milagrosas para ayudar a la integración de los inmigrantes, sí está convencido de que «es importante que haya una coordinación global de políticas, una adaptación a los barrios de las medidas a aplicar con programas de carácter local, una formación de los profesionales del sector y una mayor implicación e información de los habitantes».
El papel que deben tener los generadores de vivienda social, según él, es una de las claves, si no la única, para acabar con los guetos urbanos, que sólo contribuyen a la marginación e incluso a actos de delincuencia callejera, como los ocurridos en distintas ciudades de Francia hace unos meses.
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Así, la segunda edición del coloquio El futuro de la vivienda social en la UE ha tratado diversos aspectos para la mejor integración de los inmigrantes en materia de vivienda.
Adaptación
«Para el sector de la vivienda social supone un cambio en la demanda que necesita de una adaptación en nuestro trabajo, haciendo que la oferta se adapte a esa demanda y requiere nuestra participación en las políticas sociales de inserción en colaboración estrecha con las entidades locales», señala Paul Louis Marty, presidente del Comité Europeo de Coordinación de la Vivienda Social (Cecodhas), que ha sido uno de los organizadores del encuentro junto con el Observatorio Europeo de la Vivienda Social, la Asociación de Promotores Públicos de Vivienda y Suelo (AVS) y la AVS Catalunya.
Desde su punto de vista, «la realidad de las sociedades europeas evoluciona. Los factores de estos cambios son numerosos y de naturaleza diferente, pero el aspecto demográfico es esencial no sólo por el envejecimiento de la población y el problema del acceso a la vivienda de los jóvenes sino también por los movimientos migratorios».
Para evitar la segregación y, por tanto, «la discriminación, pobreza y a veces la delincuencia», los operadores de vivienda deben activarse, puesto que «viven, a menudo, la falta de coordinación y de coherencia entre las políticas sociales, de integración y de renovación urbana».
En su opinión, es importante intentar «que los habitantes de un barrio participen en la toma de decisiones sobre qué programas aplicar en el mismo y promover la diversidad social no sólo en los barrios más sensibles».
Según las premisas de este encuentro, «España es, actualmente, el país de la UE que recibe más inmigrantes, con especial incidencia en las áreas de Barcelona y Madrid, lo que está generando una fuerte transformación de sus tendencias demográficas».
El mercado
A pesar de que el presidente de Cecodhas no cree que existan recetas milagrosas para ayudar a la integración de los inmigrantes, sí está convencido de que «es importante que haya una coordinación global de políticas, una adaptación a los barrios de las medidas a aplicar con programas de carácter local, una formación de los profesionales del sector y una mayor implicación e información de los habitantes».
El papel que deben tener los generadores de vivienda social, según él, es una de las claves, si no la única, para acabar con los guetos urbanos, que sólo contribuyen a la marginación e incluso a actos de delincuencia callejera, como los ocurridos en distintas ciudades de Francia hace unos meses.
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