Brusleas/
El Gobierno español apoya la creación de la denominada ‘tarjeta azul’ para atraer a la Unión Europea (UE) a inmigrantes con un elevado nivel de formación, necesarios para el desarrollo económico, pero considera que esta iniciativa debe estar “acompañada de un sistema mediante el cual se garantiza a estos países” de donde proceden los “trabajadores altamente cualificados que no perderán su fuerza laboral y que habrá educación y formación para que sean sustituidos por otros trabajadores cualificados”, defendió hoy en Bruselas el ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera, para evitar la 'fugar de cerebros'.
Caldera hizo estas declaraciones a su llegada al Consejo conjunto (Jumbo) de Interior, Empleo y Asuntos Sociales que hoy celebraron, por primera vez, los ministros europeos de estas áreas para debatir sobre la relación entre inmigración, trabajo y estrategia de Lisboa. Entre las iniciativas que discutieron se encontraban las sanciones para los empresarios que contraten inmigrantes irregulares y la ‘tarjeta azul’.
El ministro español anunció la presentación de dicha propuesta puesto que “ética y moralmente” la UE debe comprometerse en “establecer sistemas de compensación educativa para que esos países no pierdan sus profesionales o para que puedan sustituirlos por otros profesionales igualmente formados”.
Jesús Caldera mostró su comprensión y compartió la “preocupación” que existe “por parte de los países africanos que invierten en la formación de sus jóvenes más brillantes” y después los ven partir.
“Hay más médicos de Etiopía en Estados Unidos que en Etiopía”, “hay más medicos de Malawi en Londres que en todo Malawi”, añadió el ministro español de Empleo y Asuntos Sociales para ilustrar la situación.
En este sentido, Jesús Caldera presentó el ‘modelo’ migratorio que España está desarrollando con aproximadamente una docena de países de África Occidental como: Senegal, Mali, Gambia y Mauritania, entre otros, y en el que “están interesados” varios socios comunitarios.
“Es muy sencillo, cooperamos, garantizamos los flujos legales, los contratamos y los formamos en origen, y además les ayudamos también a tener un sistema de formación profesional” que “les sirva para desarrollar su propio país” y para que existan “menos movimientos irregulares de inmigrantes”, explicó el ministro de Empleo del Ejecutivo español.
Caldera detalló que “España con sus modestos recursos está financiando quince escuelas taller en diez países africanos” lo que permitirá que “miles de jóvenes africanos” puedan formarse “con los recursos de ciudadanos españoles” y “tener futuro en su país” o ser contratados por empresas españolas o europeas.
FOMENTAR LA MIGRACIÓN CIRCULAR
En la misma línea de evitar la fuga de cerebros, Caldera mostró el apoyo del Gobierno español a la ‘migración circular’ puesto que los inmigrantes se desplazan “temporalmente a nuestros países y luego regresan al suyo” lo cual es “muy positivo tanto para el país de acogida como de origen”.
Un argumento similar al que transmitió su homólogo de Interior de Portugal, país que preside hasta final de año la Unión Europea, Rui Pereira, quien consideró que la ‘migración circular’ supone una “oportunidad de desarrollo para todos".
Éste fue también uno de los aspectos que destacó el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Libertad, Seguridad y Justicia, Franco Frattini, al término de la reunión conjunta.
El máximo responsable comunitario de la migración se felicitó de la buena acogida que ha tenido entre los socios europeos su propuesta para crear la ‘tarjeta azul’ y negó que se sienta “decepcionado” por las reticencias mostradas por Alemania y otros países como Austria que no están dispuestos a ceder competencias en materia migratoria.
“Las normas comunes son necesarias y Alemania no se opone a este principio sino” a la posibilidad de que “en un plazo el volumen o las cifras se determinen a nivel europeo”, alegó Franco Frattini quien añadió que si Berlín “no quiere usar la tarjeta azul basta con que diga que no quiere trabajadores altamente cualificados”.
Durante su intervención en el debate, el comisario europeo insistió en que el empleo en negro favorece la inmigración ilegal. A lo que hay que añadir que disminuye los ingresos del estado y de los sistemas de seguridad social, recorta los salarios y las condiciones laborales, distorsiona la competencia y, a menudo, se acompaña de la explotación de los trabajadores que residen ilegalmente, expuso Frattini ante los ministros europeos de Empleo e Interior.
Asimismo, tanto el comisario europeo de Libertad, Seguridad y Justicia como su homólogo en materia de empleo, Vladimir Spidla, coincidieron en resaltar la importacia de la integración de los inmigrantes en el mercado laboral para aprovechar todo el potencial de la inmigración de cara al desarrollo económico de la Unión Europea.
No obstante, aunque Spidla subrayó la “oportunidad” que supone una inmigración “bien gestionada” para cualquier Estado miembro, también recordó que no puede resolver por si sola el problema demográfico europeo por envejecimiento de la población.
Caldera hizo estas declaraciones a su llegada al Consejo conjunto (Jumbo) de Interior, Empleo y Asuntos Sociales que hoy celebraron, por primera vez, los ministros europeos de estas áreas para debatir sobre la relación entre inmigración, trabajo y estrategia de Lisboa. Entre las iniciativas que discutieron se encontraban las sanciones para los empresarios que contraten inmigrantes irregulares y la ‘tarjeta azul’.
El ministro español anunció la presentación de dicha propuesta puesto que “ética y moralmente” la UE debe comprometerse en “establecer sistemas de compensación educativa para que esos países no pierdan sus profesionales o para que puedan sustituirlos por otros profesionales igualmente formados”.
Jesús Caldera mostró su comprensión y compartió la “preocupación” que existe “por parte de los países africanos que invierten en la formación de sus jóvenes más brillantes” y después los ven partir.
“Hay más médicos de Etiopía en Estados Unidos que en Etiopía”, “hay más medicos de Malawi en Londres que en todo Malawi”, añadió el ministro español de Empleo y Asuntos Sociales para ilustrar la situación.
En este sentido, Jesús Caldera presentó el ‘modelo’ migratorio que España está desarrollando con aproximadamente una docena de países de África Occidental como: Senegal, Mali, Gambia y Mauritania, entre otros, y en el que “están interesados” varios socios comunitarios.
“Es muy sencillo, cooperamos, garantizamos los flujos legales, los contratamos y los formamos en origen, y además les ayudamos también a tener un sistema de formación profesional” que “les sirva para desarrollar su propio país” y para que existan “menos movimientos irregulares de inmigrantes”, explicó el ministro de Empleo del Ejecutivo español.
Caldera detalló que “España con sus modestos recursos está financiando quince escuelas taller en diez países africanos” lo que permitirá que “miles de jóvenes africanos” puedan formarse “con los recursos de ciudadanos españoles” y “tener futuro en su país” o ser contratados por empresas españolas o europeas.
FOMENTAR LA MIGRACIÓN CIRCULAR
En la misma línea de evitar la fuga de cerebros, Caldera mostró el apoyo del Gobierno español a la ‘migración circular’ puesto que los inmigrantes se desplazan “temporalmente a nuestros países y luego regresan al suyo” lo cual es “muy positivo tanto para el país de acogida como de origen”.
Un argumento similar al que transmitió su homólogo de Interior de Portugal, país que preside hasta final de año la Unión Europea, Rui Pereira, quien consideró que la ‘migración circular’ supone una “oportunidad de desarrollo para todos".
Éste fue también uno de los aspectos que destacó el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Libertad, Seguridad y Justicia, Franco Frattini, al término de la reunión conjunta.
El máximo responsable comunitario de la migración se felicitó de la buena acogida que ha tenido entre los socios europeos su propuesta para crear la ‘tarjeta azul’ y negó que se sienta “decepcionado” por las reticencias mostradas por Alemania y otros países como Austria que no están dispuestos a ceder competencias en materia migratoria.
“Las normas comunes son necesarias y Alemania no se opone a este principio sino” a la posibilidad de que “en un plazo el volumen o las cifras se determinen a nivel europeo”, alegó Franco Frattini quien añadió que si Berlín “no quiere usar la tarjeta azul basta con que diga que no quiere trabajadores altamente cualificados”.
Durante su intervención en el debate, el comisario europeo insistió en que el empleo en negro favorece la inmigración ilegal. A lo que hay que añadir que disminuye los ingresos del estado y de los sistemas de seguridad social, recorta los salarios y las condiciones laborales, distorsiona la competencia y, a menudo, se acompaña de la explotación de los trabajadores que residen ilegalmente, expuso Frattini ante los ministros europeos de Empleo e Interior.
Asimismo, tanto el comisario europeo de Libertad, Seguridad y Justicia como su homólogo en materia de empleo, Vladimir Spidla, coincidieron en resaltar la importacia de la integración de los inmigrantes en el mercado laboral para aprovechar todo el potencial de la inmigración de cara al desarrollo económico de la Unión Europea.
No obstante, aunque Spidla subrayó la “oportunidad” que supone una inmigración “bien gestionada” para cualquier Estado miembro, también recordó que no puede resolver por si sola el problema demográfico europeo por envejecimiento de la población.
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