jueves, 10 de abril de 2008

Una promesa para 400.000 inmigrantes

La crisis en la construcción anima a los extranjeros a pensar en la vuelta.

Todo le iba de maravilla. Encontró trabajo en cuanto llegó a España en 1998, en la construcción. "Durante diez años enganché una obra con otra. No paraba. Trabajaba para varias empresas y me llamaban constantemente", explica Hernán, ecuatoriano de 28 años. Le iba tan bien que hace poco se compró su primera casa en Madrid. Desde hace seis meses está en paro. La crisis en la construcción, principal motor del empleo en los últimos años, le ha dejado con una hipoteca de 1.200 euros al mes y un subsidio de paro de 900. A él y a los cientos de extranjeros que han perdido su empleo en los últimos meses, se dirigía José Luis Rodríguez Zapatero el martes cuando propuso incentivar el retorno voluntario de los inmigrantes desempleados pagándoles el subsidio de paro de una sola vez o concediéndoles microcréditos. El Ministerio de Trabajo desconocía ayer los detalles de la oferta de Zapatero.

Trabajo desconoce los detalles del plan de Zapatero de ayudas al retorno
El programa de retorno voluntario ya existía. Desde 2003, cuando empezó a funcionar, hasta junio del año pasado, la administración pagó el billete de vuelta a casi 3.700 extranjeros sin suerte en España. Consultadas por este periódico, las principales asociaciones de inmigrantes coincidieron en que ni la cifra ha sido nunca muy alta ni el programa una verdadera opción. Pero el número de desempleados extranjeros ha subido y la situación ha cambiado.

El 40% de los nuevos parados en el último año son extranjeros, según los datos de empleo de diciembre de 2007. Las mismas empresas que hace seis meses agobiaban a Hernán a encargos le dicen ahora: "No tenemos nada para ti. Tienes que esperar". El parón inmobiliario se ha cebado especialmente con los inmigrantes porque la construcción es su primera ocupación. Por eso, ahora miran con otros ojos la oferta del Gobierno de regresar a su país. En éste, 52.300 extranjeros han perdido su empleo en el último año, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2007. Unos 407.000 están ahora en paro.

Además, el plan de retorno voluntario anunciado el martes por Zapatero incluye una novedad importante, la prestación económica: el subsidio de desempleo que les correspondería por el tiempo trabajado o un microcrédito con el que poder levantar un negocio. Las asociaciones de inmigrantes explican que hasta ahora, el retorno voluntario era poco atractivo porque la administración se limitaba a pagar el billete de vuelta y una pequeña ayuda para tirar unos meses. En la práctica, muchos de los que se acogían a este programa regresaban a España en cuanto se acababa ese dinero.

En este contexto, el Gobierno rumano confía en poder llevar de vuelta a casa a parte de los cerca de dos millones de compatriotas que emigraron a otros países europeos, principalmente Italia y España (donde hay cerca de 600.000) en busca de empleo. El sábado, una delegación encabezada por el ministro de Trabajo del país inicia en Castellón una gira por las ciudades con mayor población rumana -visitarán Alcalá de Henares y Sevilla en mayo y Barcelona y Zaragoza en julio- para ofrecer unos 500.000 empleos. "Necesitamos que vuelvan. Faltan soldadores, gente que ponga a funcionar las máquinas, que labre la tierra, que dirija una obra...", explica Catalin Boicu, agregado cultural de la embajada de Rumanía en España. "Les explicaremos cara a cara que el país ha cambiado y que estamos mejor que hace cinco años. Aún no podemos ofrecer los sueldos de aquí, pero a cambio, la vida es más barata, y estás en casa".

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