La UE reduce su inmigración, pero aquí supone casi el 90 por ciento del crecimiento poblacional; los índices de natalidad española siguen bajo mínimos.
Tenemos menos hijos que los europeos, pero les ‘ganamos’ en inmigrantes. Las cifras que acaba de publicar la oficina estadística Eurostat con respecto a la población y la inmigración en la Unión Europea en 2006 revelan una nueva situación de ‘anomalía’ de España en el contexto europeo.
La UE ha conseguido reducir la migración neta y, en contraste, la población española fue la que más creció en Europa gracias al fenómeno migratorio. Hasta un 90 por ciento del crecimiento poblacional español de 2006 fue debido a inmigrantes. Mientras tanto, la natalidad sigue bajo mínimos.
Los datos del Eurostat vienen a coincidir con dos noticias que ponen de relieve que España sigue siendo el destino ideal para los inmigrantes ‘sin papeles’.
Con el buen tiempo, más pateras
Una patera cargada con 65 personas de origen magrebí, 15 de ellos menores de edad y 5 mujeres, fue interceptada por Salvamento Marítimo y la Guardia Civil este jueves, 26 de abril, en la isla de Alborán con rumbo a las costas andaluzas.
La noche anterior, un cayuco arribó a la playa de Archile, en Tenerife, con 66 inmigrantes a bordo. Uno de ellos yacía muerto en el interior de la barcaza y un segundo, al que los servicios de Cruz Roja intentaron reanimar, acabó falleciendo en la playa.
Se trata de un anticipo de lo que se avecina, ya que la llegada de las buenas temperaturas hace prever una nueva oleada de pateras y cayucos. Hay que destacar, sin embargo, que la mayor entrada en España de inmigración irregular se produce con la llegada de extranjeros por carretera y, sobre todo, en avión.
Incremento desproporcionado
Volviendo a los datos del Eurostat, la población española aumentó en 2006 en 726.100 personas y se situó el 1 de enero de 2007 en 44,4 millones de habitantes.
Casi un 90 por ciento del incremento poblacional fueron inmigrantes (636.000), con lo que el crecimiento natural la población fue tan sólo de 90.000 españoles.
Estas cifras globales, que sitúan a España como el país de la Unión Europea con un mayor incremento poblacional en 2006, constatan también dos realidades preocupantes.
La primera de ellas es que los índices de natalidad en España están todavía bajo mínimos y por debajo de los países europeos de su entorno. Francia, por ejemplo, que es el país después de España con un mayor aumento de población (450.100) tiene al mismo tiempo una tasa de nacimientos de 2 hijos por mujer
España, sin embargo, a pesar de haber crecido más, continúa en 1,3 nacimientos. Cabe señalar que la tasa de reposición está situada en 2,1 hijos por mujer.
Demasiada inmigración
Por otra parte, a pesar de los argumentos pro inmigración de destacados representantes del Gobierno de Zapatero y de sus asesores económicos, España muestra una segunda anomalía en esta cuestión con respecto a Europa, ya que es el único país que no ha conseguido frenar el fenómeno migratorio.
En el conjunto de los 27 Estados miembros de la UE, la población aumentó el pasado año en 1,8 millones de habitantes hasta situarse en 494,7 millones. Su tasa de crecimiento se situó, así, en el 0,37 por ciento, una cifra inferior a la de los últimos años.
A pesar de que el crecimiento natural de la población europea experimentó una ligera recuperación, no consiguió contrarrestar la reducción de la migración neta.
España, en cambio, con sus 636.000 extranjeros llegados entre el 1 de enero de 2006 y el 1 de enero de 2007, incrementa en un 1,4 por ciento el número de inmigrantes con respecto al año anterior.
De hecho, esta cifra supone el 44 por ciento del total de inmigración que llegó a la Unión Europea en ese periodo de tiempo. Vienen a ser 122.500 inmigrantes más que los que llegaron a Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido juntos.
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