por Graciela Vera
El 44.7% de los inmigrantes que llegaron a Europa el año pasado, eligieron España para instalarse.
La Oficina de Estadística de la Comisión Europea (Eurostat) dio a conocer datos reveladores sobre la preferencia de los extranjeros que deciden vivir en la Unión Europea.
La población europea creció en el año 2006 en 1.822.400 personas de las cuales 1.442.600 son inmigrantes. De éstos 636.000 se afincaron en España.
El número de inmigrantes llegados a otros países fue de 160.500 a Francia, 159.500 a Gran Bretaña, 157.000 a Italia, 80.000 a Irlanda, 58.000 a Suecia, 40.700 a Bélgica y 40.500 a Alemania.
La misma fuente (Eurostat) señala que la población en España aumentó entre el 1 de enero del 2006 al 1 de enero del 2007 en 726.000 habitantes de los que 636.000 son de origen extranjero.
El número de extranjeros en España, aunque éste es el caso más importante, no refiere únicamente a los inmigrantes que llegan en busca de trabajo. Una parte proviene de la misma UE; especialmente de Gran Bretaña y se trata de jubilados que deciden vivir en España por su clima y por los beneficios que otorga su Seguridad Social.
El Gobierno de Galicia procura fomentar las relaciones intergeneracionales entre sus emigrantes. Para ello constituirá una red de ‘centros de convivencia’ en las mismas instituciones fundadas por la diáspora gallega en sus países de acogida.
Un organismo privado de Senegal, el CIPA (Consejo Interprofesional de la Pesca Artesanal), realizó cálculos que le llevan a denunciar que 952 personas perdieron la vida en el año 2006, en el intento de llegar desde Senegal a España en cayucos.
El experto en inmigración Ricardo Zapata, director del Programa de Migraciones del Centro de Información y Documentación Internacionales de Barcelona, cree que la los elementos de identidad de la sociedad española, que no se resolvieron durante la Transición, afloran ahora ante el fenómeno de la inmigración.
Zapata también observó que en Europa hay unos cinco millones de personas que al no tener papeles que regularicen su estancia en los países en los que viven, hacen que se tenga que hablar de cinco millones de personas que no tienen derechos humanos para los que el elemento de exclusión es la nacionalidad.
Brasil levantará un muro en su frontera con Paraguay para intentar frenar el contrabando y la inmigración ilegal.
Más pequeña que la valla que Estados Unidos tiene en su frontera con Méjico, la brasileña tendrá 1.500 metros de largo y tres de alto a la altura del puente que une las riberas de ambos países, separadas por el río Paraná.
Alex Contreras, vocero del Gobierno de Bolivia, hizo saber que más de 515.000 bolivianos emigraron de su país en los últimos tres años.
Considerando que la mayor parte a inmigrado a España y teniendo en cuenta que por su parte la Embajada española en La Paz informó que sólo 60.000 bolivianos residentes en España tienen permisos de residencia y trabajo, cerca de medio millón estarían viviendo en la clandestinidad.
Dos empresarios de origen bosnio fueron detenidos en el sur de Tenerife acusados de captar inmigrantes sin permisos de residencia ni trabajo a los que, abusando de su condición les ofrecían trabajo de albañilería con salarios mínimos.
Estas dos personas, una mujer de 54 años y su hijo de 23, explotaban laboralmente a inmigrantes originarios principalmente de Uruguay y Colombia.
A los trabajadores se les abrió expedientes de expulsión en aplicación de la Ley de Extranjería.
El Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS) alertó sobre que la población Española está revertiendo dos de sus temas de preocupación prioritaria (paro e inmigración) y que a septiembre del año pasado un 60% de los españoles consideró a la inmigración como un problema.
En estos momentos la inmigración, más que un reto para la integración social se ha convertido para la población española en una amenaza para el propio puesto de trabajo.
Teniendo en cuenta que en el año 2000 no llegaban a un 20% los españoles que consideraban que la inmigración fuera un problema, los datos pueden llegar a ser preocupantes.
El Ministerio de Defensa español en colaboración con el de Industria, lleva adelante un Programa Nacional de Observación de la Tierra que prevé la construcción y el lanzamiento al espacio de dos satélites con cobertura directa sobre todo el territorio español y el norte de África.
Se trata de un sistema de vigilancia de doble uso, civil y militar, y servirá sobre todo para controlar mejor las fronteras frente a la inmigración ilegal y suministrar a los servicios de inteligencia información sensible para la lucha antiterrorista.
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