Uno de cada cinco inmigrantes prefiere trabajar por su cuenta
Convertirse en autónomo es una opción que cada vez parece más atractiva para la mayoría de inmigrantes. Poco a poco se va haciendo más frecuente contratar electricistas, fontaneros, pintores o pequeñas empresas de extranjeros. La Seguridad Social tiene dados de alta a 28.204 autónomos extranjeros en la Comunitat (más de la mitad, en Alicante), a los que se sumarían otras 16.145 personas en el régimen de empleo doméstico. De todos modos siguen siendo una minoría, frente a los 325.000 autónomos valencianos. Pero de los 236.445 inmigrantes inscritos en la Seguridad Social, casi uno de cada cinco (el 18,7% concretamente) trabajan por cuenta propia, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Diferentes organizaciones solidarias han reorientado sus programas y cada vez se vuelcan más con los cursos de autoempleo. Cruz Roja y Unión Fenosa firmaron el jueves su segundo acuerdo para formar como electricistas a 45 inmigrantes. El año pasado tuvieron 30 alumnos de 17 países. Tres eran mujeres. Y la gran mayoría se pusieron a trabajar de inmediato, según informaron fuentes de las dos entidades. También esta misma semana, la Comisión Española de Ayuda al refugiado (CEAR) organizó una charla informativa para fomentar la creación de empresas. Unas 15 personas recibieron asesoramiento “tanto para convertirse en autónomos como para crear pequeñas empresas”. Búlgaros y rumanos Fuentes de la entidad explicaron que este tipo de programas forman parte “de la política habitual de CEAR”. La jornada informativa ayuda a los refugiados con los estudios de viabilidad, se les asesora con el proyecto y se les da una orientación para la búsqueda de financiación y de ayudas públicas. Entre otras iniciativas, estaba la creación de restaurantes, peluquerías o tiendas de comercio justo. Otras ONG ofrecen formación en fontanería, construcción o informática. La fundación Ceim, por ejemplo, da cursos de gestión de empresas. Fuentes de esta entidad explicaron que los rumanos y búlgaros (son comunitarios pero los sin papeles sólo pueden darse de alta como autónomos, de momento) “curiosamente quieren ser empleados por cuenta ajena”. Por el contrario, muchos extranjeros que pueden trabajar por cuenta ajena “prefieren trabajar como autónomos”.
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