La concejala de Empleo y Servicios al Ciudadano del Ayuntamiento de Madrid, Ana Botella, inauguró hoy la Feria de las Américas, que se celebra en el Pabellón de La Pipa de la Casa de Campo, y en la que participan un centenar de empresas de inmigrantes latinos.
Según aseguró Botella, el creciente protagonismo de los inmigrantes en la sociedad y la economía madrileñas es una realidad: la aportación de los inmigrantes al PIB de la metrópoli es de 6.320 millones de euros (7,6%).
La muestra reúne a más de 100 empresas promovidas por inmigrantes latinos, que quieren promocionar sus productos y servicios. Botella señaló que la iniciativa pone de manifiesto la consolidación del inmigrante como empresario emprendedor que contribuye al progreso de Madrid.
El Ayuntamiento de Madrid trabaja para que los inmigrantes elijan Madrid como lugar donde emprender sus proyectos y negocios, y para que puedan afrontar su futuro con más optimismo y mayores garantías, aseguró la concejala de Empleo. "Madrid es una ciudad que confía en todos sus habitantes y quiere apoyar sus proyectos".
La Agencia para el empleo de Madrid ofrece asesoramiento técnico cualificado para evaluar la viabilidad de su proyecto y les informa de todas las ayudas y subvenciones de las que puedan beneficiarse. Entre 2004 y 2006 la Agencia asesoró a cerca de 3.873 emprendedores con un proyecto empresarial, de los que el 14% eran inmigrantes.
En un reciente estudio llevado a cabo por el Instituto de Empresa, que trata de medir el impacto de la inmigración en la creación empresarial, pone de manifiesto que en 2005 un 3,7% de la actividad emprendedora total desarrollada en España a lo largo de ese año correspondía a extranjeros. Ese porcentaje se elevó a un 7% en 2006. En números absolutos, estos porcentajes se traducen en unos 88.000 proyectos emprendedores puestos en marcha por inmigrantes en 2005, frente a unos 220.000 en 2006.
De hecho, según este estudio los extranjeros son, proporcionalmente hablando, más emprendedores que los españoles.
En el caso de Madrid, apuntó Botella, la existencia de pequeñas empresas de inmigrantes constituye una importante manifestación de la capacidad de ahorro y de creación de riqueza de los inmigrantes.
El Barómetro Económico de la Ciudad refleja que la inmigración se ha revelado, además, como un sorprendente factor de dinamización de la economía de los barrios madrileños.
En muchos casos -explicó- se trata de negocios que, si en algún momento se pensaron sólo para satisfacer las demandas de las propias comunidades de inmigrantes, hoy se insertan en el tejido productivo de la metrópoli para atender a todos los madrileños.
La pretensión es ser competitivos con las empresas y el trabajo por cuenta propia que hoy desempeñan los madrileños.
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