LA RÁBIDA. Las experiencias en cuanto a la integración idiomática del alumnado inmigrante en los centros de secundaria fue uno de los temas tratados ayer en el curso "Interculturalidad y atención al alumnado inmigrante", impartido dentro del programa de cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía.
La profesora Marisa Pascual, del Instituto de Enseñanza Secundaria Miguel Hernández, situado en Alicante, realizó en su ponencia un recorrido por las experiencias de este centro con respecto a la atención que se le presta a los alumnos inmigrantes que se encuentran en el centro, así como a las estrategias de integración que se están llevando a cabo.
Pascual destacó la importancia que tiene para el alumno inmigrante la adquisición del idioma autóctono, y comentó el uso que hace el centro alicantino de las llamadas "aulas de desdoble". De esta manera, al alumnado inmigrante "se le desdobla en tres grupos para que, dependiendo de su nivel, podamos atenderles de una forma más específica".
Así, señaló Pascual, "los alumnos van progresando según su capacidad y el interés que van mostrando", y, en función de sus avances, "se les puede trasladar de un grupo a otro".
Asimismo, el aprendizaje del idioma es una de las tareas fundamentales que debe realizar el profesorado que atiende a los alumnos inmigrantes. De esta manera, desde el centro alicantino se apuesta por dar una formación en las aulas de desdoble, también llamadas "aulas compensatorias" en la que no sólo se imparta la lengua castellana, sino que a la vez se le inculque al alumnado los conceptos técnicos de otras materias, con el objetivo de "agilizar la formación", según palabras de Marina Blanco, directora del curso que se ha estado celebrando a lo largo de toda esta semana en la sede onubense de la Unia.
De esta manera, en palabras de la profesora Pascual, "dependiendo de la rapidez del alumno para dominar el idioma", éste se incorporará a un grupo ordinario en lugar de continuar en el grupo de desdoble.
El tiempo en que el alumno inmigrante tarda en hacerse con la capacidad para desenvolverse en el idioma autóctono "depende de la metodología", afirma Blanco, "pero si se está al servicio de las necesidades, el periodo para defenderse sería aproximadamente de un curso escolar; y entre cinco y seis años para que éste pueda equipararse al alumno autóctono" en lo que a la capacidad idiomática se refiere.
La profesora Marisa Pascual, del Instituto de Enseñanza Secundaria Miguel Hernández, situado en Alicante, realizó en su ponencia un recorrido por las experiencias de este centro con respecto a la atención que se le presta a los alumnos inmigrantes que se encuentran en el centro, así como a las estrategias de integración que se están llevando a cabo.
Pascual destacó la importancia que tiene para el alumno inmigrante la adquisición del idioma autóctono, y comentó el uso que hace el centro alicantino de las llamadas "aulas de desdoble". De esta manera, al alumnado inmigrante "se le desdobla en tres grupos para que, dependiendo de su nivel, podamos atenderles de una forma más específica".
Así, señaló Pascual, "los alumnos van progresando según su capacidad y el interés que van mostrando", y, en función de sus avances, "se les puede trasladar de un grupo a otro".
Asimismo, el aprendizaje del idioma es una de las tareas fundamentales que debe realizar el profesorado que atiende a los alumnos inmigrantes. De esta manera, desde el centro alicantino se apuesta por dar una formación en las aulas de desdoble, también llamadas "aulas compensatorias" en la que no sólo se imparta la lengua castellana, sino que a la vez se le inculque al alumnado los conceptos técnicos de otras materias, con el objetivo de "agilizar la formación", según palabras de Marina Blanco, directora del curso que se ha estado celebrando a lo largo de toda esta semana en la sede onubense de la Unia.
De esta manera, en palabras de la profesora Pascual, "dependiendo de la rapidez del alumno para dominar el idioma", éste se incorporará a un grupo ordinario en lugar de continuar en el grupo de desdoble.
El tiempo en que el alumno inmigrante tarda en hacerse con la capacidad para desenvolverse en el idioma autóctono "depende de la metodología", afirma Blanco, "pero si se está al servicio de las necesidades, el periodo para defenderse sería aproximadamente de un curso escolar; y entre cinco y seis años para que éste pueda equipararse al alumno autóctono" en lo que a la capacidad idiomática se refiere.
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