MADRID, España/DPA
En Europa se debate desde hace años si se debe permitir que las alumnas musulmanas acudan a clase con el pañuelo islámico.
Antes fue en Francia y ahora, la polémica se reaviva en España, un país con una población mayoritariamente católica y que, convertido desde hace unos años en receptor de inmigración, ve cómo aumentan los ciudadanos de otras religiones. El caso de Shaima, una niña marroquí de ocho años, ha vuelto a agitar las aguas que un caso similar había removido ya hace seis años. Un colegio público de la ciudad catalana de Gerona, en el noreste del país, comunicó a los padres de la niña que para acudir a la escuela, Shaima debía prescindir del hiyab, el pañuelo que cubre pelo y cuello pero no el rostro, y que según aseguran los progenitores una y otra vez, su hija lleva voluntariamente.
La menor no se quitó el pañuelo, y dejó de ir al colegio durante una semana. De hecho, la familia estaba ya dispuesta a regresar a Marruecos cuando las autoridades educativas catalanas decidieron que debe respetarse el derecho a la escolarización de la menor. Y Shaima volvió al colegio con el hiyab, pero el debate continúa. En España, a diferencia de Francia, no existe regulación clara respecto a estos temas.
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