La mayoría de las 14.000 entidades religiosas registradas son católicas, aunque las minoritarias crecen más
España es un país eminentemente católico por historia y tradición. Pero cada vez lo es menos, y no solo porque en las encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) cada vez se declaran más españoles ateos (el 4,9% de la población, según la última encuesta) o agnósticos (11,7%), sino porque cada día hay más confesiones o iglesias a las que poder apuntarse. El dato puede comprobarse en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, pues si en el 2005 había 12.453 entidades creadas por la Iglesia católica, hoy alcanzan las 12.585 (de ellas, 466 en Galicia), mientras que el crecimiento en las iglesias, confesiones y comunidades llamadas minoritarias es todavía mayor, pues en los dos últimos años han pasado de 1.388 a 1.895 (55 en Galicia).
La mayor parte de las entidades adscritas a las confesiones minoritarias pertenecen a la Iglesia evangelista o protestante, aunque también hay agrupaciones islámicas, judías, ortodoxas, hinduistas, budistas, así como de testigos de Jehová o mormones, entre otras.
Y en los próximos días este número va a crecer con otra Iglesia que ha dado mucho que hablar durante los últimos meses, la de la Cienciología que, tras pleitear durante años con los Gobiernos de turno, recientemente ha conseguido una sentencia de la Audiencia Nacional que reconoce su potestad de darse de alta en este registro, con los mismos derechos que las demás.
Resulta paradójico que si se sumaran los seguidores que cada una de estas confesiones asegura tener en España, la población de este país sería superior a la oficialmente reconocida, o es que hay españoles que declaran practicar más de una religión. Hoy en día ya se superan los 44 millones de ciudadanos españoles, de los cuales la gran mayoría, aproximadamente 34 millones, son católicos, según los datos de la Conferencia Episcopal Española. Si bien, realmente no se sabe cuántos se mantienen en esta Iglesia, ya que esta institución no reconoce a los apóstatas. De todas formas, según el CIS, aproximadamente la mitad de los católicos no se declaran practicantes.
La segunda de las confesiones con más seguidores hoy en día parece ser la islámica, pues según los datos de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri), los musulmanes españoles superan el millón. Esta posición podría estar en manos de los protestantes, pues la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas (Ferede), calcula que representa a 400.000 ciudadanos, cantidad que ha crecido bastante en los últimos años, debido a la gran aportación de inmigrantes latinoamericanos y africanos. Pero además, la Ferede estima que hay otros 800.000 protestantes extranjeros, en su mayoría europeos, que residen en el país al menos seis meses al año, que si se suman a los estables, superarían los 1.200.000.
Judíos y budistas
Además, están los más de 40.000 judíos que hay en este país, según la Federación de Comunidades Judías de España, y los 9.000 budistas practicantes, más los miles adscritos a las demás confesiones minoritarias. Es más, la última de las llegadas, la Iglesia de la Cienciología, afirma tener ya unos 10.000 seguidores en territorio español.
Pero una vez que las distintas iglesias han sido reconocidas como tales con su inscripción en el registro, el siguiente paso que intentan casi todas es lograr la consideración oficial de religión de «notorio arraigo» en España. Las dos últimas confesiones que lo han conseguido han sido los testigos de Jehová y los budistas. Esta decisión la toma el Ministerio de Justicia una vez evaluado el número de practicantes, su difusión en España, el tiempo de presencia en el país y su representatividad social. Este nuevo estatus les permite establecer acuerdos o convenios de cooperación con el Estado similares a los que ya disponen los evangélicos, judíos y musulmanes, pero muy lejos de los privilegios que le otorga a la religión católica los acuerdos de Estado entre España y el Vaticano. De esta forma, consolidan más derechos, que no recursos económicos. Porque esta es otra historia.
España es un país eminentemente católico por historia y tradición. Pero cada vez lo es menos, y no solo porque en las encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) cada vez se declaran más españoles ateos (el 4,9% de la población, según la última encuesta) o agnósticos (11,7%), sino porque cada día hay más confesiones o iglesias a las que poder apuntarse. El dato puede comprobarse en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, pues si en el 2005 había 12.453 entidades creadas por la Iglesia católica, hoy alcanzan las 12.585 (de ellas, 466 en Galicia), mientras que el crecimiento en las iglesias, confesiones y comunidades llamadas minoritarias es todavía mayor, pues en los dos últimos años han pasado de 1.388 a 1.895 (55 en Galicia).
La mayor parte de las entidades adscritas a las confesiones minoritarias pertenecen a la Iglesia evangelista o protestante, aunque también hay agrupaciones islámicas, judías, ortodoxas, hinduistas, budistas, así como de testigos de Jehová o mormones, entre otras.
Y en los próximos días este número va a crecer con otra Iglesia que ha dado mucho que hablar durante los últimos meses, la de la Cienciología que, tras pleitear durante años con los Gobiernos de turno, recientemente ha conseguido una sentencia de la Audiencia Nacional que reconoce su potestad de darse de alta en este registro, con los mismos derechos que las demás.
Resulta paradójico que si se sumaran los seguidores que cada una de estas confesiones asegura tener en España, la población de este país sería superior a la oficialmente reconocida, o es que hay españoles que declaran practicar más de una religión. Hoy en día ya se superan los 44 millones de ciudadanos españoles, de los cuales la gran mayoría, aproximadamente 34 millones, son católicos, según los datos de la Conferencia Episcopal Española. Si bien, realmente no se sabe cuántos se mantienen en esta Iglesia, ya que esta institución no reconoce a los apóstatas. De todas formas, según el CIS, aproximadamente la mitad de los católicos no se declaran practicantes.
La segunda de las confesiones con más seguidores hoy en día parece ser la islámica, pues según los datos de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas (Feeri), los musulmanes españoles superan el millón. Esta posición podría estar en manos de los protestantes, pues la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas (Ferede), calcula que representa a 400.000 ciudadanos, cantidad que ha crecido bastante en los últimos años, debido a la gran aportación de inmigrantes latinoamericanos y africanos. Pero además, la Ferede estima que hay otros 800.000 protestantes extranjeros, en su mayoría europeos, que residen en el país al menos seis meses al año, que si se suman a los estables, superarían los 1.200.000.
Judíos y budistas
Además, están los más de 40.000 judíos que hay en este país, según la Federación de Comunidades Judías de España, y los 9.000 budistas practicantes, más los miles adscritos a las demás confesiones minoritarias. Es más, la última de las llegadas, la Iglesia de la Cienciología, afirma tener ya unos 10.000 seguidores en territorio español.
Pero una vez que las distintas iglesias han sido reconocidas como tales con su inscripción en el registro, el siguiente paso que intentan casi todas es lograr la consideración oficial de religión de «notorio arraigo» en España. Las dos últimas confesiones que lo han conseguido han sido los testigos de Jehová y los budistas. Esta decisión la toma el Ministerio de Justicia una vez evaluado el número de practicantes, su difusión en España, el tiempo de presencia en el país y su representatividad social. Este nuevo estatus les permite establecer acuerdos o convenios de cooperación con el Estado similares a los que ya disponen los evangélicos, judíos y musulmanes, pero muy lejos de los privilegios que le otorga a la religión católica los acuerdos de Estado entre España y el Vaticano. De esta forma, consolidan más derechos, que no recursos económicos. Porque esta es otra historia.
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