El segundo foro de CajaCanarias reúne a periodistas para debatir su papel en la inmigración
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la cifra de ciudadanos extranjeros empadronados en España alcanzó en enero de 2008 los 4,5 millones. Dependiendo de cómo se transmita esta información a la opinión pública, el ciudadano español puede valorar esta población inmigrante como mano de obra cualificada y beneficiosa para el desarrollo del país, o puede dirigir hacia ella ataques xenófobos "contra el que cree su invasor, su enemigo", según el periodista tinerfeño Juan Manuel Pardellas. Cuando un grupo de periodistas que han recorrido los caminos de África debate acerca del papel de los medios de comunicación en el fenómeno de la inmigración, una de las conclusiones a las que se llega es "¿por qué no escriben ellos también? ¿por qué no hablan ellos? y, en todo caso, ¿por qué no hablamos a través de ellos?".
Estas interrogaciones pueden llegar a convertirse en ruegos cuando se intenta cambiar la negativa imagen mediática de África y sus gentes en un mundo globalizado. Así, al reportero del diario La Vanguardia Bru Rovira le parece "muy tristre que todavía no tengamos el relato del otro", el emigrante, "y el ser invisible es una carga de profundidad para la convivencia del sistema democrático". Rovira añade que "estamos explicando las cosas muy mal. Me preocupa que estamos siempre hablando de cosas que son tangenciales pero no tenemos ni idea ni de la historia, ni de las relaciones comerciales". Para el especialista en reportaje social, local e internacional "el periodismo está mucho en las puntas, en los conflictos, pero muy poco en el fondo".
En este sentido, Nicolás Castellano, periodista de la Cadena Ser y colaborador de CNN+ defendió ayer que "cada persona que emprende ese viaje tiene su historia y tenemos que escuchar al inmigrante para que la sociedad entienda ese fenómeno" por lo que "nosotros (los medios de comunicación) tenemos la responsabilidad de que la gente entienda claramente lo que supone el fenómeno de la inmigración".
En lo que respecta al interés informativo que tiene el fenómeno migratorio en la actualidad, Nicolás Castellano afirmó que "desde luego, nos hemos acostumbrado, para lo bueno y para lo malo a la llegada de inmigrantes a las costas españolas, aunque no sé si hasta el punto de que ya no se corre para tomar las imágenes de un cayuco arribando a una playa".
Pero la consideración que sostiene el periodista es que "nunca se informa en exceso de la inmigración. Quizás, a veces, nos perdemos en cifras y la gente se cansa rápido de ellas, pero en determinados momentos es necesario recordar cómo van las cosas y explicar los porqués". Sin embargo, Ignacio Cembrero, reputado periodista y corresponsal de El País, recordó que "hay una regla del periodismo que dice que las noticias repetitivas dejan de ser noticia y además se repiten con menos frecuencia, diría que incluso las tragedias".
Discurso político
Los periodistas que participaron en el segundo foro del ciclo Enciende África de CajaCanarias cuestionaron también el papel de las autoridades en un fenómeno social tan delicado. Mal paradas quedaron ayer en el encuentro de profesionales las campañas políticas que se llevaron a cabo en las últimas elecciones, así como el discurso utilizado por algunos partidos políticos en lo que respecta a los movimientos migratorios y su incidencia en los medios de comunicación. "Siempre estamos hablando de África como si fueran delincuentes o nos desestabilizan y, en realidad, no nos damos cuenta de la relación estructural que tenemos con el continente que sufre de un modo muy grave las contradicciones de la economía global" apostilla Rovira al respecto. Tanto en los medios de comunicación como en el ámbito político "se habla de ideología, pero hay que hablar de la realidad", es decir, "la inmigración transforma nuestro espacio, por lo tanto hablemos de cómo será esta transformación, qué pactos vamos a hacer y cómo", agregó el periodista catalán.
Mientras, a juicio de Nicolás Castellano "la gran reflexión que tenemos que hacer debe incidir en el lenguaje que utilizamos".
En cuanto a la actitud y normas de las autoridades (Delegación del Gobierno), algunos periodistas cuestionan su falta de colaboración en ciertas ocasiones. "Me llama mucho la atención que los medios de Canarias pidan autorización para cubrir la llegada de inmigrantes a los puertos y se les aleje con una valla, como se puso de moda en Los Cristianos en verano de 2006, y sin embargo un programa de variedades un poco freak de una cadena nacional pida hablar con ellos y la reportera salga limpiándoles la sal" expresa Castellano.
Asmismo, Ignacio Cembrero se refirió al contraste que existe en España "a propósito de los centros de internamiento de inmigrantes en Canarias" donde la prensa no tiene acceso para hacer informaciones, mientras que en Ceuta y Melilla sí, lo que "es un problema porque la prensa es también un medio de control".
La otra visión
Desde el otro lado, donde las libertades parecen quebrantarse cada día, Saliou Traoré, corresponsal de la Agencia Efe en Senegal describe cómo "en mi país hemos tenido tres campañas de sensibilización sobre la inmigración clandestina, a veces con imágenes muy fuertes, para disuadir a los jóvenes de emprender el viaje hacia España". Asimismo, explicó cómo la misma realidad se vive de forma diferente en ambas orillas: "aquí los cayucos llegan a veces de día y se pueden sacar imágenes, pero de Senegal o África salen de noche a una hora muy avanzada y de forma clandestina, así que los periodistas no podemos sacar nada".
Como conclusión, podría aducirse el artículo África: la globalización como castigo, de Bru Rovira, en el que el reportero vierte una feroz crítica al periodismo, al que considera "que debería narrar el reto de cómo se pueden utilizar los recursos propios para crecer y luchar contra la pobreza, que debería hablar de la ’realtpolitik’, de derechos humanos, de las nuevas hegemonías, de cómo se organiza el espacio político de la democracia del futuro, en el espacio global" y, sin embargo, "se muestra incapaz de hacerlo".
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la cifra de ciudadanos extranjeros empadronados en España alcanzó en enero de 2008 los 4,5 millones. Dependiendo de cómo se transmita esta información a la opinión pública, el ciudadano español puede valorar esta población inmigrante como mano de obra cualificada y beneficiosa para el desarrollo del país, o puede dirigir hacia ella ataques xenófobos "contra el que cree su invasor, su enemigo", según el periodista tinerfeño Juan Manuel Pardellas. Cuando un grupo de periodistas que han recorrido los caminos de África debate acerca del papel de los medios de comunicación en el fenómeno de la inmigración, una de las conclusiones a las que se llega es "¿por qué no escriben ellos también? ¿por qué no hablan ellos? y, en todo caso, ¿por qué no hablamos a través de ellos?".
Estas interrogaciones pueden llegar a convertirse en ruegos cuando se intenta cambiar la negativa imagen mediática de África y sus gentes en un mundo globalizado. Así, al reportero del diario La Vanguardia Bru Rovira le parece "muy tristre que todavía no tengamos el relato del otro", el emigrante, "y el ser invisible es una carga de profundidad para la convivencia del sistema democrático". Rovira añade que "estamos explicando las cosas muy mal. Me preocupa que estamos siempre hablando de cosas que son tangenciales pero no tenemos ni idea ni de la historia, ni de las relaciones comerciales". Para el especialista en reportaje social, local e internacional "el periodismo está mucho en las puntas, en los conflictos, pero muy poco en el fondo".
En este sentido, Nicolás Castellano, periodista de la Cadena Ser y colaborador de CNN+ defendió ayer que "cada persona que emprende ese viaje tiene su historia y tenemos que escuchar al inmigrante para que la sociedad entienda ese fenómeno" por lo que "nosotros (los medios de comunicación) tenemos la responsabilidad de que la gente entienda claramente lo que supone el fenómeno de la inmigración".
En lo que respecta al interés informativo que tiene el fenómeno migratorio en la actualidad, Nicolás Castellano afirmó que "desde luego, nos hemos acostumbrado, para lo bueno y para lo malo a la llegada de inmigrantes a las costas españolas, aunque no sé si hasta el punto de que ya no se corre para tomar las imágenes de un cayuco arribando a una playa".
Pero la consideración que sostiene el periodista es que "nunca se informa en exceso de la inmigración. Quizás, a veces, nos perdemos en cifras y la gente se cansa rápido de ellas, pero en determinados momentos es necesario recordar cómo van las cosas y explicar los porqués". Sin embargo, Ignacio Cembrero, reputado periodista y corresponsal de El País, recordó que "hay una regla del periodismo que dice que las noticias repetitivas dejan de ser noticia y además se repiten con menos frecuencia, diría que incluso las tragedias".
Discurso político
Los periodistas que participaron en el segundo foro del ciclo Enciende África de CajaCanarias cuestionaron también el papel de las autoridades en un fenómeno social tan delicado. Mal paradas quedaron ayer en el encuentro de profesionales las campañas políticas que se llevaron a cabo en las últimas elecciones, así como el discurso utilizado por algunos partidos políticos en lo que respecta a los movimientos migratorios y su incidencia en los medios de comunicación. "Siempre estamos hablando de África como si fueran delincuentes o nos desestabilizan y, en realidad, no nos damos cuenta de la relación estructural que tenemos con el continente que sufre de un modo muy grave las contradicciones de la economía global" apostilla Rovira al respecto. Tanto en los medios de comunicación como en el ámbito político "se habla de ideología, pero hay que hablar de la realidad", es decir, "la inmigración transforma nuestro espacio, por lo tanto hablemos de cómo será esta transformación, qué pactos vamos a hacer y cómo", agregó el periodista catalán.
Mientras, a juicio de Nicolás Castellano "la gran reflexión que tenemos que hacer debe incidir en el lenguaje que utilizamos".
En cuanto a la actitud y normas de las autoridades (Delegación del Gobierno), algunos periodistas cuestionan su falta de colaboración en ciertas ocasiones. "Me llama mucho la atención que los medios de Canarias pidan autorización para cubrir la llegada de inmigrantes a los puertos y se les aleje con una valla, como se puso de moda en Los Cristianos en verano de 2006, y sin embargo un programa de variedades un poco freak de una cadena nacional pida hablar con ellos y la reportera salga limpiándoles la sal" expresa Castellano.
Asmismo, Ignacio Cembrero se refirió al contraste que existe en España "a propósito de los centros de internamiento de inmigrantes en Canarias" donde la prensa no tiene acceso para hacer informaciones, mientras que en Ceuta y Melilla sí, lo que "es un problema porque la prensa es también un medio de control".
La otra visión
Desde el otro lado, donde las libertades parecen quebrantarse cada día, Saliou Traoré, corresponsal de la Agencia Efe en Senegal describe cómo "en mi país hemos tenido tres campañas de sensibilización sobre la inmigración clandestina, a veces con imágenes muy fuertes, para disuadir a los jóvenes de emprender el viaje hacia España". Asimismo, explicó cómo la misma realidad se vive de forma diferente en ambas orillas: "aquí los cayucos llegan a veces de día y se pueden sacar imágenes, pero de Senegal o África salen de noche a una hora muy avanzada y de forma clandestina, así que los periodistas no podemos sacar nada".
Como conclusión, podría aducirse el artículo África: la globalización como castigo, de Bru Rovira, en el que el reportero vierte una feroz crítica al periodismo, al que considera "que debería narrar el reto de cómo se pueden utilizar los recursos propios para crecer y luchar contra la pobreza, que debería hablar de la ’realtpolitik’, de derechos humanos, de las nuevas hegemonías, de cómo se organiza el espacio político de la democracia del futuro, en el espacio global" y, sin embargo, "se muestra incapaz de hacerlo".
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