Carmen Baldrich
La feminización de los flujos migratorios es una realidad en Europa y en los Estados Unidos. Para el caso de los estados Unidos, tal feminización es el resultado directo de la política migratoria del país llevada a cabo en el período 1930 –1989, basada en la reunificación familiar como principal criterio de admisión. Sin embargo, las tasas de feminización varían según el país de origen, por lo que además de la política migratoria intervienen otros factores de tipo cultural.
Las mujeres inmigrantes presentan tasas de actividad más elevadas en Estados Unidos que en sus países de origen, lo que corrobora la tesis de que la migración femenina tiene una motivación claramente económica, aunque su vía de acceso leal sea la reunificación familiar.
La migración femenina también protagoniza los flujos migratorios hacia Europa a partir de 1974, principalmente a través de la reagrupación familiar, y, en menor medida, a través de la ilegalidad. Pero hay que ir más allá de esta idea pues sólo sirve para reforzar el estereotipo de mujer dependiente económicamente de su conyuge, totalmente alejado de la realidad. Los datos demuestran que existe una gran diversificación en las experiencias migratorias femeninas, de modo que muchas de ellas llegan a Europa siendo las pioneras del proceso migratorio, atraídas por la demanda que existe para trabajar como empleadas domésticas o, en menor medida, en los servicios sexuales. Las oportunidades laborales que se les ofrecen están muy por debajo de su nivel educativo, ya que en la mayoría de ellas cuentan con estudios medios o universitarios.
El estudio de las motivaciones de las mujeres inmigrantes exige abordar tanto el contexto de origen como el de destino. Sólo así es posible constatar que las mujeres emigran por razones propias, con un predominio de las motivaciones económicas íntimamente vinculadas a la necesidad de garantizar ingresos para su familia.
Según un estudio de la Cruz Roja, el 19% de las mujeres inmigrantes serían universitarias, el 41% habría completado estudios de secundaria, el 24% tendría estudios primarios y el 16% estaría sin estudios.
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