El informe anual de la Fundación Encuentros radiografía las nuevas realidades del medio rural.
COLPISA. Madrid El campo español se mueve. De momento no se sabe bien en qué dirección pero parece haber salido de un largo letargo. La llegada de inmigrantes, el nuevo papel de la mujer en el medio rural, la agricultura ecológica, el turismo de naturaleza y las nuevas tecnologías, entre otros factores, propician una cierta ebullición que no contrarresta, no obstante, dos pesados lastres, el envejecimiento de la población y la creciente urbanización.
La Fundación Encuentros dedica su informe 2007 a las actuales tendencias sociológicas y económicas del agro español. "El mundo rural en la encrucijada" subraya la coexistencia de nuevas y viejas realidades, un calidoscopio complejo, contradictorio incluso, pero donde se atisban posibles salidas a la crisis del campo.
El estudio plantea incluso la posibilidad de un nuevo "renacimiento de lo rural" a partir de algunos indicios. El primero, demográfico. Tras años de sangría poblacional - en 1950 vivía en el campo el 47,9% de la población, y en 2005 apenas el 22,2%-, la tendencia ha empezado a virar. Se recuperan habitantes rurales, más de medio millón desde 2001, casi el triple que entre 1991 y 2001. El crecimiento regresivo se mantiene en Asturias, Galicia, Extremadura Castilla y León, pero otras comunidades como Aragón y La Rioja ganan población rural.
La situación es mala en los pueblos pequeños - el 60% de los 8.100 municipios españoles tienen menos de 1.000 habitantes-, donde se mantiene la diáspora y las bajas tasas de natalidad, aunque, en general, la inmigración se ha convertido en el elemento "salvador". La presencia inmigrante ha crecido más en el medio rural que en las urbes entre 2001 y 2005. El 83% de los pueblos tiene población foránea. Su distribución es desigual - muy concentrada en Madrid, Castilla-La Mancha, Andalucía y todo el arco mediterráneo-, pero en 28 provincias hay extranjeros en casi todos sus municipios. Sin este fenómeno, "la población (rural) continuaría su tradicional descenso por la presencia de un crecimiento vegetativo negativo", recuerdan los autores del informe.
Otro factor relevante es la segunda residencia. Los españoles que "tienen pueblo" alimentan una población flotante en expansión. Son los pobladores rurales que un día abandonaron el campo y regresan ahora en el tiempo de ocio. El censo de 2001 cifró la "población vinculada" al campo en dos millones y medio de personas, y hoy aún son más. Este flujo inverso de "hijos pródigos" dinamiza el medio rural y mejora su demografía. Lo malo es que exige más servicios, infraestructuras y equipamientos a unos municipios con presupuestos muy limitados.
Agricultura verde
El modelo productivo agrario también muta. Es difícil que el sector primario recupere el peso de épocas pasadas, el 9,5% del PIB en 1975 (el 2,9% en 2005), pero hay atisbos de un tímido y nuevo desarrollo rural menos dependiente de las subvenciones europeas o de los precios agrícolas o ganaderos regulados. Turismo rural, cultivos ecológicos - de 24.000 hectáreas y 1.233 operadores en 1995, a 926.000 hectáreas y 19.200 operadores en 2006- y los biocombustibles a partir de cultivos energéticos- abren nuevas expectativas. España lidera la producción europea de bioalcohol, en biogás está en cuarta posición y en biomasa, sexta. Flojea en biodiésel, la producción más rentable. Cada planta de biodiésel crea 50 ó 60 empleos directos, otros tantos indirectos y da trabajo parcial a 3.500 agricultores.Otro dato estimulante, la mejora de las tasas de empleo femenino, un 5% entre 1991 y 2001 en los municipios de 2.000 menos habitantes. Si la tendencia se mantiene podría frenar el único éxodo rural que persiste, el de la mujer. Su permanencia depende de sus posibilidades de hallar empleo y satisfacer la necesidad de servicios sociales para sí y sus familias.Ése es unos de los grandes retos que afronta el medio rural español. Adolece aún de falta de ventajas y servicios básicos - sanidad, educación, etc.- y existe "riesgo de discriminación social y exclusión" de su población, recordó José Mª Martín Patino, presidente de la Fundación Encuentros. Subsanar estas deficiencias es labor de todas las administraciones, dijo, para garantizar la pervivencia del medio rural y, por ende, la de un mundo urbano "cada vez más complementarios". El campo necesita servicios y comodidades, y la ciudad necesita del entorno natural "para respirar".
Agricultura verde
El modelo productivo agrario también muta. Es difícil que el sector primario recupere el peso de épocas pasadas, el 9,5% del PIB en 1975 (el 2,9% en 2005), pero hay atisbos de un tímido y nuevo desarrollo rural menos dependiente de las subvenciones europeas o de los precios agrícolas o ganaderos regulados. Turismo rural, cultivos ecológicos - de 24.000 hectáreas y 1.233 operadores en 1995, a 926.000 hectáreas y 19.200 operadores en 2006- y los biocombustibles a partir de cultivos energéticos- abren nuevas expectativas. España lidera la producción europea de bioalcohol, en biogás está en cuarta posición y en biomasa, sexta. Flojea en biodiésel, la producción más rentable. Cada planta de biodiésel crea 50 ó 60 empleos directos, otros tantos indirectos y da trabajo parcial a 3.500 agricultores.Otro dato estimulante, la mejora de las tasas de empleo femenino, un 5% entre 1991 y 2001 en los municipios de 2.000 menos habitantes. Si la tendencia se mantiene podría frenar el único éxodo rural que persiste, el de la mujer. Su permanencia depende de sus posibilidades de hallar empleo y satisfacer la necesidad de servicios sociales para sí y sus familias.Ése es unos de los grandes retos que afronta el medio rural español. Adolece aún de falta de ventajas y servicios básicos - sanidad, educación, etc.- y existe "riesgo de discriminación social y exclusión" de su población, recordó José Mª Martín Patino, presidente de la Fundación Encuentros. Subsanar estas deficiencias es labor de todas las administraciones, dijo, para garantizar la pervivencia del medio rural y, por ende, la de un mundo urbano "cada vez más complementarios". El campo necesita servicios y comodidades, y la ciudad necesita del entorno natural "para respirar".
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