Jacobo y Alfonso son dos de los voluntarios de la oficina del campus. Están muy involucrados con su tarea y no descansan ni en verano. Ayer mismo, sin ir más lejos, acudieron a su cita con los minusválidos del CAMF, a los que acompañan en sus paseos por el exterior del recinto.
Las aulas universitarias de Esteiro abrirán sus puertas próximamente a unos alumnos muy poco habituales. Gracias a dos nuevos programas diseñados por la Oficina de Cooperación y Voluntariado del campus de Ferrol, los hijos de inmigrantes y las personas con riesgo de exclusión social podrán recibir formación en el recinto universitario.
Mónica Pérez-Castrillón Maestre, coordinadora de la oficina en Ferrol, explicó que uno de los programas se centrará en impartir clases de informática a personas que, por sus circunstancias, corren el riesgo de sufrir exclusión social, como, por ejemplo, inmigrantes con bajo nivel cultural, gente sin hogar o parados con escasos recursos económicos. «Va orientado a personas que no han visto un ordenador en su vida y que no saben como utilizar el ratón; el objetivo es que adquieran unas nociones básicas y se familiaricen con el programa Windows, el Office, con la utilización de Internet o con el uso del correo electrónico».
Este programa, que se llevará a cabo en colaboración con Cáritas y Mencer, comenzará a funcionar en octubre en un aula del Edificio de Apoyo al Estudio que se ha dotado de varios equipos donados por una empresa.
El otro nuevo programa de la Oficina de Voluntariado se dirigirá, de forma específica, a hijos de inmigrantes. «De lo que se trata es de dar clases de apoyo a niños de entre 5 y 13 años en aquellas materias en las que necesiten más ayuda», explica Mónica Pérez-Castrillón. «Las dificultades socioeconómicas a las que enfrentan los inmigrantes -advierte a renglón seguido- influyen a menudo en el rendimiento escolar de sus hijos y por eso pensamos que era necesario poner en marcha un programa de estas características».
El programa
Estos niños, al igual que las personas que participen en el programa de formación informática, irán tantos días y tantas horas a clase, «como voluntarios haya disponibles para dar las clases», advierte Mónica. De ahí la importancia de que la oficina cuente siempre con personas -universitarios o no universitarios, porque sus puertas están abiertas a todo el mundo- dispuestas a echar una mano.
Además de estos dos nuevos programas, la Oficina de Cooperación y Voluntariado de Ferrol colabora con otras causas. Sus voluntarios acompañan a los residentes del Centro de Atención a Minusválidos Físicos (CAMF) en sus paseos; organizan actividades culturales para los reclusos de la cárcel de Teixeiro, así como cursos de formación para los presos extranjeros del penal; y también ayudan a los monitores que dirigen los talleres para enfermos de alzhéimer de AFAL Ferrolterra. Y todo sin pedir nada a cambio. Sólo por el placer de ayudar.
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