"De 350 mil migrantes, mayormente mujeres que viven en España, el 44 por ciento son de Cochabamba, Bolivia, cuyas remesas llegan aproximadamente a los mil millones de dólares anuales, ingresos que representan casi el 25% de las exportaciones nacionales, concluyó el seminario "Remeses, Migración y Desempleo", organizado por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
La migración es impulsada por la tasa de desempleo que alcanza al nueve por ciento. Casi un cuarto de la población boliviana, cerca de 3 millones de personas, ha migrado a diversos países de Europa y Norte Améric.
La migración es uno de los problemas de la pobreza, la marginalidad y la exclusión social, que desde hace muchos años estimila la fuga de profesionales y técnicos así como de trabajadores, quienes, sin embargo, generan remesas de un promedio de 120 dólares mes si proviene de Latinoamérica y de 210 dólares si proviene de Estados Unidos y Europa.
El costo social de esta inmigración es alto, ya que afecta psicológicamente con mayor frecuencia a mujeres, niños y adolescentes, con la fragmentación del núcleo familiar. Otro problema es la violencia sexual o la trata de menores, debido al abandono de los padres a causa de la migración, lo que convierte a esta población, vulnerable al alcohol, la droga, la delincuencia y la prostitución, como registran las revistas Raíz y Migrante, que testimonia casos de ciudadanas bolivianas.
Para el o la emigrante, es costoso salir del país y muy traumante ingresar a España sin papeles. La permanencia se convierte en una condena sin lugar a derechos salariales o de atención en la salud, a la calidad en la vivienda y al descanso, lo que repercute en la salud de las mujeres que se ven afectadas con enfermedades incurables como el cáncer, neumonía y otros.
La migración es impulsada por la tasa de desempleo que alcanza al nueve por ciento. Casi un cuarto de la población boliviana, cerca de 3 millones de personas, ha migrado a diversos países de Europa y Norte Améric.
La migración es uno de los problemas de la pobreza, la marginalidad y la exclusión social, que desde hace muchos años estimila la fuga de profesionales y técnicos así como de trabajadores, quienes, sin embargo, generan remesas de un promedio de 120 dólares mes si proviene de Latinoamérica y de 210 dólares si proviene de Estados Unidos y Europa.
El costo social de esta inmigración es alto, ya que afecta psicológicamente con mayor frecuencia a mujeres, niños y adolescentes, con la fragmentación del núcleo familiar. Otro problema es la violencia sexual o la trata de menores, debido al abandono de los padres a causa de la migración, lo que convierte a esta población, vulnerable al alcohol, la droga, la delincuencia y la prostitución, como registran las revistas Raíz y Migrante, que testimonia casos de ciudadanas bolivianas.
Para el o la emigrante, es costoso salir del país y muy traumante ingresar a España sin papeles. La permanencia se convierte en una condena sin lugar a derechos salariales o de atención en la salud, a la calidad en la vivienda y al descanso, lo que repercute en la salud de las mujeres que se ven afectadas con enfermedades incurables como el cáncer, neumonía y otros.
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