La población china empadronada en España se ha quintuplicado en lo que llevamos de década, desde los 19.191 a comienzos de 2000 a los 106.993 ciudadanos chinos que residen en el país desde principios de este año y que convierten a este colectivo de extranjeros en el sexto más numeroso.
La radiografía de la población china en España está incluida en el II Anuario de la Comunicación del Inmigrante -que fue presentado por la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí-, y es uno de los documentos más exhaustivos sobre este colectivo de inmigrantes asiáticos, uno de los más desconocidos en el país.
Uno de los datos novedosos que aporta el anuario es el hecho de que el 70 por ciento de estas personas procede del distrito de Qingtian, una pequeña región de la República Popular China, situada al sur de Shanghai.
Así, España constituye un caso excepcional dentro de la gran heterogeneidad de la distribución de esta población en otros países, lo que se debe a la 'temprana especialización' en la migración internacional de esta región.
De los 106.993 chinos empadronados en enero de 2007, un 55 por ciento son hombres y un 45 por ciento mujeres, siendo la edad media de 29 años.
Además, los menores chinos de quince años representan el 18,5 por ciento, un porcentaje superior al promedio de toda la población española, del mismo modo que los mayores de 65 años apenas son representativos, el 1,7 por ciento.
En esta línea, el colectivo está compuesto fundamentalmente por familias nucleares, padres e hijos, muchos de los cuales ya han nacido en España.
Según se desprende del anuario, la residencia de la mitad de los ciudadanos chinos se concentra en Madrid, con 27.115 personas y Barcelona, donde viven actualmente 25.730 chinos, tras las cuales se sitúan Valencia y Alicante, con cerca de 5.000 residentes en cada una.
No obstante, se ha constatado que el colectivo chino en España, a diferencia de otros, es uno de los más dispersos por toda la geografía española, es decir que está presente en más municipios aunque en muchos de ellos se trate de una única familia.
Esta pauta de asentamiento, concentrada en las grandes ciudades y al mismo tiempo dispersa en municipios más pequeños, se debe, según explica el informe, a la tradicional vocación empresarial de estos ciudadanos y que tiene su máximo exponente en los restaurantes de comida china.
Un tercio de estos extranjeros está dado de alta en la Seguridad Social como trabajador autónomo, si bien la mayoría de los empresarios chinos en España comenzaron como asalariados, antes de reunir los recursos económicos necesarios para poner en marcha su propio negocio.
En el momento en el que disponen de capital suficiente, también invierten en la compra de una vivienda y prefieren pagar al contado aunque cada vez es más habitual la solicitud de préstamos hipotecarios a entidades bancarias.
En cuanto a otras necesidades de consumo, los chinos están considerados como buenos clientes para el sector tecnológico, especialmente en la compra de teléfonos móviles, ordenadores, cámaras fotográficas, de vídeo y reproductores de DVD.
Además, este colectivo de extranjeros es uno de los más asiduos a los casinos y bingos de España, así como a los karaokes, y frecuenta las academias privadas de lengua y las asesorías en temas de migración.
Terra Actualidad - EFE
La radiografía de la población china en España está incluida en el II Anuario de la Comunicación del Inmigrante -que fue presentado por la secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí-, y es uno de los documentos más exhaustivos sobre este colectivo de inmigrantes asiáticos, uno de los más desconocidos en el país.
Uno de los datos novedosos que aporta el anuario es el hecho de que el 70 por ciento de estas personas procede del distrito de Qingtian, una pequeña región de la República Popular China, situada al sur de Shanghai.
Así, España constituye un caso excepcional dentro de la gran heterogeneidad de la distribución de esta población en otros países, lo que se debe a la 'temprana especialización' en la migración internacional de esta región.
De los 106.993 chinos empadronados en enero de 2007, un 55 por ciento son hombres y un 45 por ciento mujeres, siendo la edad media de 29 años.
Además, los menores chinos de quince años representan el 18,5 por ciento, un porcentaje superior al promedio de toda la población española, del mismo modo que los mayores de 65 años apenas son representativos, el 1,7 por ciento.
En esta línea, el colectivo está compuesto fundamentalmente por familias nucleares, padres e hijos, muchos de los cuales ya han nacido en España.
Según se desprende del anuario, la residencia de la mitad de los ciudadanos chinos se concentra en Madrid, con 27.115 personas y Barcelona, donde viven actualmente 25.730 chinos, tras las cuales se sitúan Valencia y Alicante, con cerca de 5.000 residentes en cada una.
No obstante, se ha constatado que el colectivo chino en España, a diferencia de otros, es uno de los más dispersos por toda la geografía española, es decir que está presente en más municipios aunque en muchos de ellos se trate de una única familia.
Esta pauta de asentamiento, concentrada en las grandes ciudades y al mismo tiempo dispersa en municipios más pequeños, se debe, según explica el informe, a la tradicional vocación empresarial de estos ciudadanos y que tiene su máximo exponente en los restaurantes de comida china.
Un tercio de estos extranjeros está dado de alta en la Seguridad Social como trabajador autónomo, si bien la mayoría de los empresarios chinos en España comenzaron como asalariados, antes de reunir los recursos económicos necesarios para poner en marcha su propio negocio.
En el momento en el que disponen de capital suficiente, también invierten en la compra de una vivienda y prefieren pagar al contado aunque cada vez es más habitual la solicitud de préstamos hipotecarios a entidades bancarias.
En cuanto a otras necesidades de consumo, los chinos están considerados como buenos clientes para el sector tecnológico, especialmente en la compra de teléfonos móviles, ordenadores, cámaras fotográficas, de vídeo y reproductores de DVD.
Además, este colectivo de extranjeros es uno de los más asiduos a los casinos y bingos de España, así como a los karaokes, y frecuenta las academias privadas de lengua y las asesorías en temas de migración.
Terra Actualidad - EFE
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